
El Ingeniero Cajal puso punto final a su novela titulada "Frutos del bosque, Tramontana y Super Sambayón ". La imprimió, la ensobró prolijamente y se la envío a su representante editorial. La novela se editó y muy pronto se convirtió en Best Seller. Llovieron elogios: "novedosa", "inaugural", "única en su género", "un mojón", dijeron los críticos. Ninguna sorpresa para Cajal que bien sabía eso de que "sobre gustos no hay nada escrito".