miércoles, septiembre 07, 2005

El café de los postergados

Todos los lunes se reunían en un bar de Castelar. El que fumaba decía que el día de su cumpleaños definitivamente iba a dejar el faso, el que estaba cansado de pedir siempre lo mismo decía que el próximo lunes deberían cambiar el menú, el que escribía tan bien que le dolía contaba que esa misma noche comenzaba con la novela y que para el próximo encuentro traería un adelanto, el del gorro de lana se prometía en voz alta que como mucho a fin de año dejaría ese laburo que no lo dejaba ser plenamente feliz, el que huía de la convivencia pensaba que ya era tiempo de sentar cabeza. Así siempre. Hasta que un día uno pegó el faltazo. Era el cisma, uno de ellos ya no postergaba.

4 Comments:

Blogger jazzbopol said...

Una Maravilla. Simplemente.

9:15 p. m.  
Blogger Livio said...

¿Quien habrá sido el turro?

5:45 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

el que no puede dejar de fumar, lo bien que hace xq en el pucho tiene un sello tan identificatorio como su gente.
el que pretende cambiar de menú no tiene ningún drama en seguir a pizza y cerveza ya que es un vuelto el precio que tiene que pagar para estar con los suyos.
el que se va a largar a escribir su novela le va a dar una alegría más a los que comparten su mesa.
el que le tiene miedo a la convivencia esta escribiendo un siempre alentado por aquellos que son una canción de los fabulosos, los que lo cubren cuando va a llorar.
Y el de gorro de lana cobra el sueldo en el mismo puto trabajo de siempre, y separa unas monedas para nunca faltar a esa mesa en el bar de castelar.

11:20 a. m.  
Blogger efe said...

Me siento tan orgulloso. Tan orgulloso.
Como siempre me van a hacer llorar, boludos...

8:17 a. m.  

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